Su Santidad, Julio II
El origen de la hermandades sacramentales en España se remonta a finales del siglo XV - principios del XVI cuando Doña Teresa Enríquez de Alavarado , "La loca del Sacramento", consigue de su santidad Julio II la bula "Pastoris Aeternis". Expedida en Roma en 1508, por la cual el Papa atiende una serie de ruegos, entre los cuales estaba el de erigir cofradías sacramentales en todas las parroquias de los Reinos de Castilla y Aragón.
Doña Teresa Enríquez de Alvarado
Doña Teresa Enríquez de Alavarado era prima del Rey Fernando, El Católico y dama de compañia de su Majestad, la Reina Isabel I de Castilla.
Nació en Medina de Rioseco en el año 1450.
Dª Teresa llegó a Granada en mitad de la guerra de conquista de la ciudad, al campamento de Santa Fé. Destacables fueron sus labores como enfermera, atendiendo a los soldados heridos durante la campaña militar.
Pasados los años y tras la toma de la ciudad, dicen las crónicas que los primeros hermanos fueron aquellos congregados por el canónigo Millán de Olivares de Ávila en el año 1507 en la capilla de la Puerta de Bibarrambla, en el Arco de las Orejas. Entre ellos se encontraba Doña Teresa Enríquez de Alavarado.
Millán de Olivares de Ávila era capellán y confesor de su Majestad Doña Isabel La Católica. Mandó construir esta capilla dedicada a la fiesta del Corpus Christi.
En el año 1525 fueron aprobadas las primeras reglas y constituciones de esta hermandad por Fray Pedro Ramiro de Alva, quinto arzobispo de Granada y persona muy cercana de la Reina Isabel.
Por lo tanto, aunque se tiene constancia escrita de la existencia de actividad desde 1512, nuestra hermandad cuenta ya con más de cinco siglos de actividad ininterrumpida.
Tan larga vida de esta hermandad lleva consigo una activa participación en la vida de la ciudad. Muestra de ello son los distintos acontecimientos en los que esta hermandad tuvo una notable importancia.
Uno de estos acontecimientos importantes fue el fallecimiento del arzobispo de esta diócesis el 20 de marzo de 1775, el Ilustrísimo Sr. D. Pedro Antonio Barroetta y Ángel y su posterior entierro y funeral que tuvo lugar el día 23 de ese mismo año. Al mismo fueron convocadas todas las parroquias, hermandades de Ánimas y del Santísimo, quedando la procesión presidida por esta Hermandad del Santísimo Sacramento del Sagrario.
Ilustrísimo Sr. D. Pedro Antonio Barroetta y Ángel
A raíz de ese hecho, se fijó y determinó, tanto por el Sr. Dean y Cabildo de la Iglesia, como por el Sr. Provisor y Vicario General, con motivo de la procesión general llevada a cabo para trasladar a su nueva iglesia los restos de San Juan de Dios y ante los problemas habidos con otras hermandades de la ciudad (Nuestra Señora de las Angustias y del Rosario), la orden de que esta Venerable Hermandad ocupase su correspondiente lugar con preferencia a toda hermandad y anteponiéndola a cualquier otra asociación religiosa.
Han sido dos los jubileos celebrados por esta Hermandad del Santísimo, de los que se tiene constancia documental uno, el celebrado con motivo del Año Santo de 1776 bajo el pontificado de Pio VI despachado por Bula Apostólica, y concedido para estos reinos, Jubileo y Año Santo que se celebró en Roma en 1775, y otro, el Jubileo de 1826.
En el primero referido se dio cuenta, en su correspondiente cabildo, de la necesidad de que esta Venerable Hermandad saliese a visitar las iglesias para ganar el Jubileo de ese Año Santo, llevándose ello a efecto en los días: primero, segundo, tercero y cuarto de la Pascua de Resurrección. Debía de hacerse seis meses contados a partir del día de S. José (19 de marzo a I9 de septiembre) y en lo referido a las iglesias se nombraron: la Santa Iglesia Catedral, la Parroquia de San Gil y los conventos de San Agustín y San Francisco para que fuesen visitadas quince veces en quince días. y. cuestión de interés, se recomendó - como ya vimos - que esta al ser la matriz, iniciase los actos para constituir y ser un ejemplo a seguir por las demás.
El otro jubileo mencionado de 1826 concedido por S.S. el Papa León XII, fue celebrado con igual solemnidad por la Venerable Hermandad.
Como se ha podido ver, fue muy habitual e influyente la participación de la hermandad en la vida diaria de la ciudad y en los grandes acontecimientos celebrados por la misma, habitualidad e influencia que sin duda ha ido disminuyendo desde entonces.
En la actualidad, la hermandad se encuentra inmersa en los preparativos del V Centenario fundacional a celebrar D.M. en 2025.